El plato equilibrado es el que nos aporta todos los nutrientes que necesitamos y en la proporción adecuada. Pero vamos a ver cómo se traduce a la hora de entrar en la cocina a preparar la comida. ¿Qué hago? ¿Cómo lo organizo?
Debemos empezar con algo muy ligero, sopa o crema, así preparamos el estómago para la digestión, algo así como "calentar motores".
Un "caldito" caliente en invierno y elegir algo más fresco en verano, un rico gazpacho, una refrescante sopa fría de pepino.
La dieta actual basa el menú en la proteína, no concibe una comida sin un plato de carne o de pescado, sin embargo, ahora sabemos que el plato estrella, en un menú equilibrado, debe ser un cereal integral que nos aporte la energía que necesitamos. Una paella, un plato de pasta, un pastel de mijo, ¡¡Umm que ricos!!
Y acompañamos el cereal con algún alimento rico en proteína, pero en pequeña proporción y no como base del menú.
Como esos platos tradicionales de la cocina de las abuelas, moros y cristianos, lentejas con arroz, y cualquier combinación de cereales y legumbres que encontramos en la cultura popular.
Y por supuesto, no puede faltar la ración de verdura, cocinada o cruda, o de las dos formas, la aliñamos o cocinamos con un buen aceite y adornamos con una pequeña cantidad de semillas tostadas, y ya tenemos nuestras grasas de calidad.
Y ya está, no hay más
Hay tantas posibilidades para disfrutar de un buena comida.
El aceite debe ser de calidad. Sin haber sido sometido a procesos químicos y altas temperaturas. Más sencillo, aceite de oliva virgen extra.
Elegir preferentemente verduras y frutas locales y de temporada. Tener en cuenta que no lo son todas las que encontramos en la tienda.
"Un largo camino empieza por el primer paso"