La fermentación es una reacción química que se produce en los alimentos, generalmente gracias a la acción de ciertas bacterias, mohos y levaduras.
Estos microorganismos degradan ciertos nutrientes de los alimentos para obtener la energía que necesitan para vivir y crecer, y lo hacen con la ayuda de las numerosas enzimas y vitaminas que producen.
Producto de esta actividad se generan sustancias más simples y fáciles de digerir, que además cambian el sabor de los alimentos y permiten su conservación por largo tiempo. El producto final de este proceso determina también el tipo de fermentación.
Podemos ver en esta tabla, además del tipo de fermentación y el microorganismo que la produce, las sustancias que se generan durante la misma y el producto final.
Generalmente, durante el proceso de fermentación se incrementan las propiedades nutricionales de los alimentos o, como ocurre en otras ocasiones, se inhiben sustancias perjudiciales o antinutrientes.
Cuando ingerimos este tipo de alimentos, ingerimos los microorganismos responsables de su fermentación junto con las enzimas, vitaminas y productos generados por ellos, los cuales ejercen importantes efectos en la regeneración de nuestra flora intestinal, mejorando las funciones intestinales y la absorción de nutrientes y por tanto nuestra salud.
Los alimentos fermentados más conocidos son el queso, el yogur, el pan, la cerveza, el vino, el vinagre...
Sin embargo, hay otros alimentos fermentados menos conocidos y muy saludables.
Se trata de cualquier verdura y hortaliza, como la col o la zanahoria, fermentada en agua y sal para su conservación.
Al ser alimentos que no están sometidos a cocción, sus enzimas y vitaminas no pierden sus propiedades. Por eso hay que evitar los encurtidos industriales que han sido pasteurizados.
Son los auténticos probióticos naturales.
La soja tiene propiedades antinutritivas que bloquean la absorción de algunos nutrientes.
Sin embargo, la soja fermentada no solo detiene el efecto de los antinutrientes, sino que aumenta la biodisponibilidad de otros nutrientes, incluidas las isoflavonas.
Algunos de los productos derivados de la fermentación de la soja son: